12 febrero 2011
Ciudades Circulares
No se trata de izquierdas ni de derechas, se trata de intentar hacer lo correcto y si más adelante queremos comparar nuestra actitud con algún sistema político y da la coincidencia que se asemeja a la unidad del movimiento nazi o a la igualdad de movimiento comunista, pues vale, ahí queda, pero es curioso por ejemplo que un padre de familia norteamericano rechaze categóricamente el comunismo cuando en su entorno familiar y sin saberlo, está aplicando teorías de izquierdas por creerlas correctas.
El director del Proyecto Venus, Jack Fresco, exponía en una de sus muchas reflexiones que cuando su país, Estados Unidos, pasaba la depresión de 1929, observaba que las fábricas y recursos seguían estando ahí. No era razonable que una nación disponiendo de los mismos recursos antes que durante la depresión no pudiera facilitar a sus ciudadanos los productos que la gente necesitaba con verdadera urgencia sin pagar un coste económico tan elevado que estaban fuera de su alcance. Las naciones, con sus tierras, sus ríos, y en definitiva cualquier recurso que genere, nunca han pertenecido a las personas que han nacido en ellas, pertenecen a las empresas que venden esos recursos. Hoy en día tal como está estructurado todo, los que única y verdaderamente podrían sentirse orgullosos de ser españoles, ingleses, americanos, etc... son los propietarios de esos recursos que al comercializarlos les permiten comprar el destino de esas naciones.