19 junio 2011
Mafalda y la Democracia
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Entre otros atributos debo considerarme una persona escéptica y trato de no darle mucha credibilidad a cualquier noticia, en especial a las de alcance político. Ya ni me creo los resultados electorales, pero intentando evitar que no me retachen de loco o paranoico conspiratorio debo darlos por válidos. Siendo así, también me veo casi obligado a comentar que es preocupante que siendo las elecciones, al igual que las programaciones de televisión, una ventana al mundo donde cada país muestra las posiciones y sensibilidades de sus ciudadanos, me planteo varias cuestiones.
La primera ¿cómo es posible que aquí en España la mayoría de las personas se hayan decantado por elegir a un partido que disfrazado de cordero debora como un lobo los más elementales derechos del ser humano. Si ya lo tenían fácil con un supuesto partido socialista no se ahora. La segunda: ¿Cómo es posible que en estos tiempos, que son los últimos, tras cerca de treinta siglos de conocimientos nacidos de aquellos antiguos griegos barbudos, y ahora con las más grandes y modernas universidades, seamos los más acarajotados de toda la historia de la humanidad? Y la última ¿Cómo es posible que quede tan poca gente buena en el mundo?
Sólo tengo una respuetsta: La maquinaria del sistema funciona como tenían previsto y a pleno rendimiento. Debemos parar esta bestia, esta especie de Leviatan bien peinado y con corbata.
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